miércoles, 14 de julio de 2010

¿Al agua pato?

Cuando llevábamos al fulanito a clases de estimulación temprana se abrieron grupos para estimulación acuática y nos pareció muy buena idea inscribirlo creyendo que le iba a encantar. Los primeros días lo disfrutó no tenía problema siempre y cuando sintiera a Má o Pá cerquita. Me da idea que fue el comenzar con esta onda de hacer cosas porque a tus papás les fascina y quieres darle gusto aunque no te encante la idea, creo que así andaba el fulanito…El chamaquito aceptó muy bien las primeras clases, después se nos cruzaron puentes de mayo, uno que otro viaje por lo que la constancia no fue uno de nuestros fuertes y el chamaquito comenzó a reclamar por ello al no querer hacer un par de ejercicios.


Llegaron las inmersiones y entonces el estrés, éstas se hacen previo trabajo de roces de la cabeza con el agua para que el chavito aprenda a contener la respiración pero aún así esas sumergidas nos ponían un poco nerviosos tanto al fulanito como a nosotros, el fulanito fue un valiente y se las aventó muy bien. Cuando tuvimos que pasearlo bajo el agua ya no le agradó tanto el asunto, así que cada que había que sumergirlo primero Má y yo nos teníamos que relajar y después de dicha acción le festejábamos con bombo y platillo la súper hazaña del fulanito bajo el agua…

Después de una clases donde hubo cerca de 5 inmersiones el fulanito no lo disfrutó para nada, lloró mucho cuando las maestras lo sumergieron por lo que ya no le pareció divertido y el chamaquito decidió que ya no quería hacerlo así que la siguiente clase se la pasó pegando la boquita al cachete de Má abrazándola y nunca la soltó…durante esa semana no quiso contacto alguno con el agua, no quería ni bañarse así que de plano decidimos no llevarlo a estimulación acuática y dejamos que se relajara para que agarrara confianza de nuevo y así los tres nos des-estresábamos un poco del asunto. Lo curiosos es que el chamaquito no tiene miedo alguno por la alberca si salimos de viaje, pero si vamos a clases se niega rotundamente a entrar.

El fulanito no disfrutó del agua, igual para cuando crezca un poquito probaremos de nuevo la onda acuática, por lo pronto va a clases en piso. El que conviva con chavitos de su edad nos parece muy importante, veremos que tal le va porque seguro las chupadas y manotazos estarán a la orden del día.

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